miércoles, 11 de enero de 2012

Quinteto Tiempo: “En una canción planteamos los sueños de los pueblos”

Son sobrevivientes de las más radicales dictaduras militares de Latinoamericana, e inspiradores de miles de jóvenes de varias generaciones en las últimas tres décadas, se trata del Quinteto Tiempo, un grupo cuyos integrantes nacieron en Argentina, pero ya tienen la nacionalidad Latinoamérica.
Y a pesar de que sus cabezas están pobladas de canas, continúan de pie, inspirando sueños a través del canto hermano y solidario en este nuevo siglo. Con sus voces de gigante, han trascendido en los tiempos, y han demostrado que la amistad es más que estar unidos y han hecho más que realidad las letras de sus canciones.

 Alejandro Jáuregui, (bajo); Eduardo Molina, (bajo barítono); Santiago Suárez, (tenor y guitarrista); Antonio Suárez (en sustitución temporal de Ariel Gravano); y Carlos Groisman, (director y arreglista), se mostraron optimistas de estar unidos y sobre todo, poder disfrutar después de muchos años del calor de su público, sobre todo las nuevas generaciones que crecieron en sus hogares escuchando a la agrupación suramericana, y que hoy en día sigue siendo un importante referente de la cultura regional.
 
La agrupación surgió en 1962, en una primera etapa. Pero fue a partir de 1972, cuando los actuales integrantes impulsaron su proyecto como Quinteto Tiempo, y dieron vida a grandes éxitos que a pesar de no existir en el pasado la tecnología actual, se regaron por el continente, llegando hasta tierras europeas, y por todo el continente, dando a conocer los grandes problemas que enfrentaban las sociedades de aquel entonces.
“El canto, la canción nos amarró”, expresa espontáneamente Santiago Suárez, al preguntarles sobre el secreto de su trayectoria, pero, sobre todo, el estar unidos hasta estos tiempos.
Y agrega que “el canto ha sido el motivo por cual siempre estuvimos unidos”. Eduardo Molina, afirma que en este tiempo “se han dado situaciones nuevas, estamos felices y juntos para vivir esos momentos”. Y aseguran que en los albores del siglo XXI “El Pueblo Unido Jamás será vencido”, “es una consigna que tiene plena vigencia”.

Por ello, desde cualquier escenario, foro o encuentro expresan a las nuevas generaciones, esos jóvenes que son atraídos por sus cantos, para que sepan que la unidad y solidaridad son importantes en estos días.
“No olvidar y estar unidos. El esfuerzo de unidad en el sur, ha dado resultados, frenar el golpe de Ecuador, por ejemplo…”, insiste Molina. Al tiempo que creen que muchas de sus canciones se inspiraron en momentos duros que sufrieron los pueblos Latinoamericanos, dictaduras, represión, persecución, asesinatos, censura, entre otros males que se regaron por el continente.

Los integrantes del Quinteto Tiempo están satisfechos de haber sobrevivido y poder estar ahora viendo la llegada de gobiernos progresistas, de ver al FMLN en el gobierno, en El Salvador, y otros triunfos en la región, hasta momentos como la recién creación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), “que esperamos den resultados y funcionen”, acotaron.
Sus letras siguen vivas más de tres décadas desde que nacieron en su natal Argentina, la razón afirman: “porque el público les da las interpretaciones, a las canciones, eso es lo mágico”, afirma Groisman.

Y reiteran que los problemas que sufrieron los pueblos en las décadas de los 70 y 80, persisten. “Persistirán los mismos problemas eternos”, manifiesta Suárez. Al tiempo que reflexiona que “algunas diferencias habrán, pero la problemática que movilizó a los pueblos de aquella época continúa, no se ha solucionado el problema de justicia social”.
Y advierten que los cambios no los hace ni la música ni las canciones “si no los pueblos”, a quienes se les debe respeto y sobretodo paciencia “porque tienen sus tiempos”, y esos pueblos se acompaña con la música.

El Quinteto Tiempo afirma que: “en una canción quizá planteamos los sueños”, y esperan de su arte la interpretación de los hombres y mujeres del futuro. Ese es la explicación que en 2011 se le da a “el río está llamando”, una canción de resistencia, que desde Córdoba, fue un símbolo de lucha contra la dictadura argentina, y que ha trascendido hasta estos tiempos, y sigue vigente en los nuevos hijos y nietos del continente.

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