A siete años del incendio del boliche Cromagnón, una de las tragedias
no naturales más importantes de la historia argentina, que personas y costó la
vida a 194 dejó más de 1400 heridos, las cicatrices parecen
no haber cerrado aún.
Tres padres, cuyos hijos perdieron la vida la fatídica noche del 30 de diciembre de 2004, hablaron con INFOnews
y dejaron en claro que aún queda mucho por hacer en materia de
seguridad y pidieron el cese de la impunidad, en un caso con múltiples
condenados, pero ninguno preso.
"Tenemos una sensación muy desagradable de impunidad, no sólo porque
la sentencia que se dictó hace ya casi un año en el juicio oral no está
firme, sino también porque las causas que dieron lugar a Cromagnón están
vivas y esta tragedia puede repetirse en cualquier momento. Esa es la
peor impunidad que uno puede sentir siete años después de la muerte de
un hijo, que otro chico pueda morir de la misma manera", sostuvo José
Iglesias, papá de Pedro.
Iglesias recordó el derrumbe del entrepiso del local palermitano
Beara en el que murieron dos jóvenes, en septiembre de 2010, y la muerte
de Miguel Ramírez, el fan de La Renga, herido por una bengala en un
recital en el autódromo de La Plata, a principios de este año. Episodios
que rememoraron lo sucedido en Cromagnón y que encendieron el alerta
sobre las lecciones aprendidas tras la tragedia.
"El control en la Ciudad es cosmética, yo me sentía mejor en ese
aspecto en febrero de 2005. En ese momento por lo menos veía que se
cuidaba que no se obstruyera una puerta de emergencia y que se
señalizaran las salidas. Hoy hay puertas obstruidas, cuando las hay, y
ya nadie les presta atención. Yo preferiría que eso hubiera cambiado, a
tener una sentencia penal. Las sentencias penales no cambian la
realidad, lo que debe cambiar la realidad es la decisión política de que
no pase otro Cromagnón y esa decisión no se toma porque quienes la
tienen que tomar, quieren seguir recolectando dinero", destacó.
Para Silvia Bignami, mamá de Julián Rozengardt, "la situación post
Cromagnón no cambió nada". "Lo que hubo fue un cierre preventivo de una
serie de lugares, donde sobre todo concurren los jóvenes de menores
recursos y las bandas de menores recursos, pero no se generó una
situación de seguridad y de cuidado de la población", explicó.
Para ella, cada 30 de diciembre es un día de luto, de homenaje y de
lucha. "Es un día de recuerdo, pero también de reflexión, por los que ya
no están, por los sobrevivientes y por los pibes que tienen que
asomarse a la vida en un mundo tan complicado para ellos", expresó.
"Yo a mi hijo Julián lo tengo presente todos los días. Él era una
persona muy participativa, miembro de todos los centros de estudiantes
de los colegios en los que estudió, y yo me hago a la idea de que él
hubiera querido que yo estuviera de pie, que yo estuviera luchando, de
manera que es lo que hago", agregó Silvia.
Nilda Gómez, mamá de Mariano Alexis Benítez, elige hablar de
"decepción" y esa es una de las palabras clave que integran el documento
que se leerá durante el acto de este nuevo aniversario. "La decepción
de saber que estamos a siete años de la masacre y que no hay un solo
culpable que esté preso. La decepción de tener que seguir marchando de
la misma manera y pidiendo lo mismo: castigo a los responsables", dijo.
Nilda explicó que las implicancias de la tragedia de Cromagnón no se
circunscriben a esa noche trágica y las consecuencias se multiplican a
diario "como una onda expansiva". Hay 17 padres fallecidos, cuatro
internados en psiquiátricos y muchos enfermos graves de cáncer. A eso se
suma la triste cifra de que 10 sobrevivientes del incendio ya perdieron
la vida en distintas circunstancias.
"La situación post Cromagnón no cambió nada"
"A los chicos los mató la corrupción y a los padres y a los
sobrevivientes nos mata la impunidad y un gobierno como el de Mauricio
Macri que en su momento se aprovechó de una situación y que ahora parece
que hubiera venido de otro planeta ya que no se hace cargo de nada",
añadió.
Entre los reproches al Jefe de Gobierno porteño no sólo se encuentran
las polémicas habilitaciones, sino las falencias en la atención médica a
los sobrevivientes y familiares, y sobre todo los tratamientos
psicológicos por estrés postraumático.
"Se perdieron siete años de hablar con los jóvenes en las escuelas,
de explicar que el uso de bengalas es peligroso y de hacerles entender
que muchas veces ellos son la mercancía con la cual un empresario se
hace millonario. Esas cosas falta hablarlas, porque total siempre es la
vida de los otros la que se va", concluyó Nilda.
Sobrevivientes y familiares de las víctimas se concentrarán en
Plaza de Mayo a las 19. Luego marcharán a Plaza Miserere, donde harán el
acto central por la tragedia en el boliche de Once.