miércoles, 28 de diciembre de 2011

Cesaria Évora,“la diva de los pies desnudos”, nos dejó con su voz y su lucha constante.

La llamaban “la diva aux pieds nus” --la diva de los pies desnudos o la diva descalza-- , y Cesaria Evora por cierto suele actuar descalza como un saludo simbólico para el Cabo Verde pobre, el pequeño estado insular en desarrollo donde nació y aún vive, y que ella evoca en sus canciones.

Cesaria Evora misma nació en la pobreza en los años 1940. Su padre falleció poco después de que cumpliera los siete años de edad, y ella y sus seis hermanos fueron criados en circunstancias difíciles por su madre, con sus escasas ganancias como cocinera. La joven Cesaria fue dejada bajo los cuidados de un orfanato local, donde aprendió a cantar en el coro.

Desde los 16 años estaba ganando una precaria existencia, cantando en los bares de su ciudad natal, Mindelo, en la isla de São Vicente, por unos pocos escudos o bebidas. Hizo suyo los evocadores sonidos del morna local --llamado así según el verbo inglés mourn (lamentar)--, cuyas raíces se remontan a los tiempos en que Cabo Verde, a 560 kilómetros de la costa de Africa Occidental, era una importante estación en el comercio de esclavos. Su música gira en torno de los temas de sufrimiento, melancolía y exilio.

“Mis canciones tratan de cosas perdidas y nostalgia, amor, política, inmigración, y realidad,” ha explicado. “Nosotros cantamos sobre nuestra tierra, sobre el sol, sobre la lluvia que nunca llega, sobre la pobreza y problemas, y sobre cómo vive la gente en Cabo Verde.”

Después de muchos años de oscuridad, su gran oportunidad llegó después de los 40 años, cuando fue invitada a dar una serie de conciertos en Lisboa y conoció a José da Silva, un joven francés con raíces en Cabo Verde. El se convirtió en su productor y la persuadió a ir a París para grabar su primer álbum de éxito, “La Diva Descalza”, que la hizo famosa de la noche a la mañana. A principios de este año, después de ser nominada por sexta vez, Cesaria ganó un premio Grammy, y ha sido honrada en Francia como Oficial de la Orden de las Artes y Letras.

Pero sus canciones aún vuelven a sus raíces. “La pobreza siempre ha sido una cosa irreal para ustedes, de 
manera que ¿qué derecho tienen ustedes para juzgar la situación en nuestro país?”, reta a los oyentes en la canción “Tudo Tem se Limite”. O en un humor más optimista, canta en “Jardim Prometido": “Cabo Verde es verde en nuestro corazón. Llenas de amor, nuestras manos harán que el verde florezca en la tierra”.


Durante mucho tiempo Cesaria siempre se había resistido a asociar su nombre con cualquier agencia humanitaria, sin embargo acepto ser nombrada Embajadora contra el hambre en el Programa Mundial para la Alimentación --la primera artista africana en asumir ese papel-- después de ver el impacto de su Programa de Alimentación en las escuelas en Cabo Verde. “Pude ver con mis propios ojos cómo la comida atraía a los niños a la escuela,” dijo. “Necesitamos educar a nuestros niños si queremos que nuestro Continente prospere, pero no pueden aprender si van a la escuela con hambre.”

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