En la tarde de este miércoles 1 de febrero murió en La Habana, la cantante y compositora cubana Sara González, fundadora de la Nueva Trova.
El 26 de diciembre de 2011, en “El patio de la gorda”, el espacio que ella animaba cada mes en un solar habanero, se despidió de su público diciendo:
“Después de esta actuación, en esta tarde, lo que me queda es desearles muchísimas cosas lindas, muchísima felicidad, desearles salud -sobre todo salud-, para lo que les queda por vivir a todos. Que sean felices, que sean tan felices como se sienten ustedes cada vez que vienen aquí. Todos los días tenemos que darle gracias a la vida por lo que estamos viviendo.”
“Estoy hospitalizada desde el día que ya olvidé porque quiero,
fui operada del colon y ahora me corresponde la parte de recuperación
con la ayuda de los maravillosos seres que habitan y me cuidan en el
CIMEQ”, había dicho Sara en carta que publicamos en Cubadebate en septiembre de 2011.
Sara González nació en Marianao, el 13 de julio de 1951, su padre fue
tabaquero y su madre costurera; ambos poseían un alto sentido de la
cubanía y de la justicia, así como un enorme gusto por la música y el
baile, todas esas cosas le fueron transmitidas a la pequeña Sara.
Según sus propias palabras “para que dejara trabajar a sus padres”,
su primera compañera de juegos fue una radio, lo que reafirmó su afición
por la música. El excelente músico Nené Enrizo le impartió sus primeras
clases de guitarra y él animó a los padres de Sara para que le
permitieran a ésta continuar sus estudios musicales.
Al inicio de los 70 realizó incursiones en el canto, formó parte de
un grupo de cierta popularidad “Los Dimos” e hizo dúo con Pedro Luis
Ferrer.
En su época de estudiante conoció a Silvio Rodríguez y Pablo Milanés,
quienes junto con Noel Nicola fundaron “La Nueva Trova Cubana”. Ellos
la estimularon para que musicalizara los “Versos Sencillos” de José
Martí -su primer disco LP- y de ahí nació su vinculación con ese
movimiento musical, dentro del cual se ha caracterizado por ser la voz
femenina más representativa.
A partir de 1972 se incorporó al Grupo de Experimentación Sonora del
ICAIC, dirigido por el afamado guitarrista, compositor y director Leo
Brower. Su carácter multifacético la impulsó a principios de los 80 a
formar junto a Virulo, Carlos Ruiz de la Tejera, Jesús del Valle y
otros, en el Conjunto Nacional de Espectáculos, una vertiente satírica
del teatro musical, que tuvo rotundo éxito local y foráneo y que la
llenó de experiencia y madurez en su desenvolvimiento escénico.
En 1984 unió su quehacer musical Guaicán, músicos sin formación
profesional, a quienes convirtió en sus alumnos y estableció con ellos
una especie de taller de experimentación.
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