El anuncio del premio estuvo a cargo del propio Darín, junto a la
bella colombiana Angie Cepeda, quien en el Palacio Municipal de
Congresos le entregó la estatuilla al productor argentino Pablo Bossi
(en representación de Borensztein), y a Gerardo Herrero, productor de la
parte española, quienes hablaron acerca del “viaje común” del cine
argentino y el español.
Por su parte, Darín dijo que, de estar allí Borensztein, hubiese
también dedicado el premio a más gente y seguramente a “todos aquellos
que han sido víctimas de la intolerancia”.
Ricardo Darín participó por primera vez en un acto de la Academia de
Cine española, a pesar de que otras cuatro películas en las que
participó lo recibieron.
Las cuatro películas argentinas con Ricardo Darín ganadoras del Goya
fueron “El faro” (1999) y “La fuga” (2002), las dos de Eduardo Mignogna,
“XXY” (2008), de Lucía Puenzo, y “El secreto de sus ojos” (2010), de
Juan José Campanella.
Una curiosa historia tomada de la realidad inspiró la película de
Sebastián Borensztein: un informe de la embajada de Alemania en Moscú,
publicado por un diario en diciembre de 2007 y después difundido por la
agencia Reuters, reveló que una vaca había caído del cielo y hundido a
un pesquero japonés.
Según se informó en aquel momento, varios animales habían sido
robados por un grupo de soldados rusos que abordaron un avión y que
luego arrojaron los mismos al mar, provocando que al menos uno cayera
como un misil de 700 kilos sobre la embarcación.
La idea interesó a Sebastián Borensztein, quien se adueñó de aquella
anécdota, pero la modificó sustancialmente, ya que en su película se
trata de un chino que, a bordo de un sampan, tiene tanta mala suerte que
la vaca le cae encima.
Más o menos así comienza la película con la que su autor incursionó
por tercera vez en el cine, a seis años de "La suerte está echada", su
ópera prima, y a dos de "Sin memoria", un “thriller mexicano por
encargo”, no estrenado aquí.
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