El Día Mundial de la Salud Mental tiene por objeto
sensibilizar a la población acerca de los problemas de salud mental. Su
celebración contribuye a fomentar un debate más abierto sobre los
trastornos mentales y a promover la inversión en servicios de
prevención, sensibilización y tratamiento. La falta de tratamiento de
los trastornos mentales y neurológicos, y de los relacionados con el
consumo de sustancias es enorme, en especial en los países con recursos
escasos.
El lema de este año es “Invirtamos en salud mental”. Los
recursos económicos y humanos que se asignan a la salud mental son
insuficientes, en especial en los países con recursos escasos. La
mayoría de los países de ingresos bajos y medios dedican menos del dos
por ciento de su presupuesto sanitario a la salud mental.
Muchos países cuentan con menos de un especialista en salud
mental por cada millón de habitantes. Es más, una parte considerable de
esos limitados recursos va a parar a los grandes hospitales
psiquiátricos y no llega a los servicios que prestan la comunidad y los
centros de atención primaria de salud.
Hay que aumentar la inversión en salud mental y dirigir los recursos disponibles hacia servicios más eficaces y humanitarios.
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