Suben las almas y el coste de la vida. Y las calles son alumbradas por la luz de los cajeros. Marque su número secreto. Retire su efectivo.
Volví de Bartislava y en Viena, como en el cuadro de Klimt, nos
cubrió una manto de oro mientras nos besábamos. Somos la viola en una
orquesta, buscamos nuestro lugar en este tiempo, temblando en cada solo.
En medio de cada melodía. Algo desafinados. Y vestidos de domingo
salimos a la calle a pasear nuestros cuerpos.
Sigo trabajando en el nuevo disco. Dentro de poco empiezo a
grabar las voces. Las canciones crecen como la tarta de naranja que
pusiste en el horno. Quiero adivinar también en aquellas melodías restos
de azahar. Siento en el pecho algo de calor, algo así como un temblor
de amapolas o restos de lluvia. Son los nervios, la ilusión de grabar
nuevas canciones, de saber que no muy tarde también serán tuyas.
Dentro de nada se cumplirán 15 años del lanzamiento de “Atrapados en azul”. Como pasa el tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario