Pañuelo verde al cuello, cientos de mujeres y hombres conmemoraron
ayer frente al Congreso nacional el Día de Lucha por la Legalización y
Despenalización del Aborto en América Latina y el Caribe. Definida como
“momento histórico” por muchos referentes, el acto tuvo lugar, esta vez,
a poco más de un mes de que comiencen a tratarse en Diputados los
proyectos de ley de legalización de aborto en la Comisión Penal. Quizás
por ello, lo que había sido programado como una sentada frente al
Palacio Legislativo se materializó en una masa de manifestantes de pie
con banderas y pancartas que flameaban en reclamo de ese derecho.
“Ni una sola mujer muerta por aborto clandestino”, decía la extensa
bandera verde sostenida por las referentes de la Campaña Nacional por el
Derecho al Aborto Legal Seguro y Gratuito, impulsoras del proyecto de
ley de interrupción voluntaria del embarazo que cuenta con la firma de
más de 50 diputados y el apoyo de más de 250 organizaciones sociales.
La
expectativa del movimiento de mujeres es que “para fines de año” se le
dé media sanción a la iniciativa. Por lo pronto, para el 1º de noviembre
ya está fijada la primera reunión en comisión.
El Día de Lucha es un una jornada de activismo que se realiza para
reclamar a los gobiernos cambios en las legislaciones a favor de la
interrupción voluntaria del embarazo. “En la sociedad ya se ha
visibilizado el reclamo”, expresó Estela Díaz, referente de la Campaña.
El megáfono iba pasando de mano. El candidato a gobernador
bonaerense Martín Sabbatella, de espaldas al Congreso, definía: “Salir
de la clandestinidad significa que las mujeres más pobres puedan hacer
lo mismo que hoy hacen las que tienen recursos”. Coincidía con él la
diputada Vilma Ripoll, que apuntaba que “es una deuda de la democracia
con las mujeres” y, por eso, “no se va a dejar pasar este momento
histórico”.
Axel Freyre, director de la Fundación Buenos Aires Sida, se mostraba
confiado. “Se palpa el éxito. Incluso este año no hubo ninguna
manifestación en contra por parte de los de remeras naranjas (activistas
relacionados con la Iglesia), los mismos que se oponían al matrimonio
igualitario”, señaló.
La diputada Victoria Donda, altavoz mediante, reclamó el compromiso
de todos los “diputados hombres”. “Que se involucren para que nadie se
pueda dejar presionar por la Iglesia y por quienes lucran con el aborto
clandestino para que todos y todas seamos libres de decidir”, pidió.
En la carpa blanca montada de cara al Congreso, la ginecóloga Alicia
Cacopardo atendía consultas junto a un grupo de colegas. “Hay muchas
dudas sobre la utilización de pastillas para realizar los abortos”,
explicó a Página/12. De afuera llegaba el grito a coro: “¡Aborto legal
para no morir!”.
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