lunes, 5 de septiembre de 2011

EL INDIO SOLARI ESTREMECIO A 100.000 PERSONAS EN EL AUTODROMO EUSEBIO MARCILLA

Para llegar hasta el predio donde se presentó el ex líder de los Redonditos de Ricota hubo que caminar al menos cinco kilómetros, pero la recompensa llegó con un concierto sin incidentes en el que el cantante repasó gemas de su pasado reciente y no tanto.

 el sábado, cerca de las 20, miles y miles de fieles llegados –algunos hacía una semana– de todos los puntos del país coparon las calles de la ciudad de Junín, 260 kilómetros al oeste de Buenos Aires, para luego dirigirse al autódromo Eusebio Marcilla. Dos horas más tarde subiría al escenario allí montado el Indio Solari, para presentar su tercer y más reciente disco, El perfume de la tempestad. Pese a los ya clásicos temores acerca de que se producirían incidentes, el show transcurrió con normalidad. Y ni una sola bengala se encendió durante el concierto, algo que realmente sí fue para festejar.

Quizás el ostracismo de Solari, quien sólo aparece públicamente cuando toca o es (escasamente) entrevistado, sea uno de los rasgos que hacen que su figura se haya cargado de misticismo. Y eso se reflejó en cada de una de las remeras que vestían los que poblaron el Marcilla: su rostro aparecía estampado por doquier, como si se tratara de un ser divino. Y la vieja idea de la “misa ricotera” volvió a cobrar sentido, aunque ya se hayan cumplido diez años del último show de la banda.

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