Entrevista. Eduardo Makaroff, de Gotan Project. El argentino del trío habla de cómo creó el “electro-tango” hace más de una década. El grupo, que completan un francés y un suizo, toca hoy en el Gran Rex.
En cuanto alguien entiende que la música es “la fuerza sanadora del
universo”, se calza los hábitos. En el caso del argentino Eduardo
Makaroff, uno de los tres Gotan Project de paso por Buenos Aires, el funyi
vendría a ser una manera de explicar su rotundo antiposmodernismo. Uno
viene para hablarle de la cripta del tango electrónico y él parece
decirte: Hoy que se puede vivir una sexualidad libre, pibe, hoy que existe el sushi de lomo, los maridajes sólo son una forma del ocio.
A otra cosa mariposa.
“Hay
mucha gente haciendo tango. En una época apenas estaba el Tata Cedrón,
que me enseño a tocar la guitarra, estaba Eladia Blázquez, pero era muy
reducido el número de artistas que hicieran cosas nuevas por el tango.
Entonces, lógicamente, el tango empezó a ser una revisión del repertorio
creado por Troilo, Pugliese, y cantado por Rivero, por Goyeneche, y
efectivamente, si el tango se reduce a cantar de nuevo La última curda o Malena
, se vuelve un poco limitado. Lo que Gotan Projet hizo fue llevar el
tango a la pista de baile para un encuentro con lo que se dio en llamar
música electrónica, pero que en ese entonces -diez años atrás- no se
llamaba de esa manera. Las nuevas tecnologías, los ordenadores, los
samplers, abrieron nuevos campos y de esa manera surgió otra forma de
música”.
Después, Makaroff multiplica la información como para
que no queden dudas del fenómeno. “Acá yo cantaba en Edu y el Pollo, que
eran un par de flacos haciendo rock. Pasaron muchos años y puedo
decirte que nunca fui tan famoso... Hay que militar por la creación.
Creo que no hay otra manera. A partir de Gotan pude crear un sello que
tiene base en París y se llama Mañana . Ahí saco discos de Daniel
Melingo, que es un creador, uno de los tipos que compone tango; de Juan
Carlos Cáceres, que es un músico que retoma la murga y me enseñó a
entender los orígenes negros del tango... Me gusta escuchar por internet
Radio Caff, un proyecto de los chicos de La Fernández Fierro. Me sirve
para entender que cada vez son más los jóvenes músicos que se hartaron
del pop y del rock y sus demasiadas vueltas sobre sí mismo, y que
encontraron en el tango un lenguaje para decir un montón de cosas”.
Vivís en París. ¿Allí el tango tiene batea propia?
Desgraciadamente no. Está en la de la de world music .
Un fracaso.
No
logró el status del jazz, por ejemplo, que en Francia tiene su propia
batea. Quizás el jazz tenga más potencia porque los franceses cuentan
con su propia escuela de jazz. Pero lo del tango es así en París, donde
vivo, y en el resto de Europa. Piazzolla sí tiene su batea propia. Pero
el tango, no. Bateas de tango solo, yo no vi nunca. A mí lo de world music , ese apelativo, no me gusta...
Si
el tango entra en esa categoría cabe pensar que hay una mirada un poco
perezosa, ¿no creés? Y... el centro del mundo no está en Buenos Aires.
Cuando más lejos vivís, más cuenta te das. De todos modos, la dominación
cultural no va en contra de la calidad de los artistas. Eso también lo
aprendés viviendo afuera.
El electrotango tiene entre sus
precursores a Gotan Project y a Bajofondo. ¿Estaría bien afirmar esto?
Fijate en la fecha de lanzamiento de los discos. Pero prefiero no
entrar en la polémica.
No sabía que hubiera polémica.
Sin
falsa modestia, pienso que nosotros hemos colaborado de manera muy
importante. Empezamos a hacerlo y tuvimos un éxito de puta madre. Para
mí, el arte no es una competición entre los artistas. Además somos
colegas. Soy amigo de Gustavo Santaolalla (Bajofondo) y todos creamos
belleza. Es música esto, no es un deporte. Para mí está bien que existan
ellos y sería choto si te dijera que siguen la misma línea que
iniciamos nosotros. Una tontería total. Nosotros hicimos tres discos,
tenemos un sonido distintivo como Gotan Project, y Bajofondo y los demás
tienen su manera de aportar. Volviendo al tema que me interesa:
modernizar con el tango electrónico no es la única manera.
¿Decís
que no sólo se trata de hacer tango con máquinas? Se trata de componer
bien y de usar el lenguaje del tango. Si querés, arrimándolo a nuevas
estéticas o arrimándolo al jazz o la música clásica contemporánea...
¡Hay un grupo buenísimo que se llama Falopa! ¿Lo escuchaste? ¿En París?
¡No! ¡Acá! Es un grupo buenísimo, Escuché tres o cuatro temas en
Youtube. Es un una tango milonga con guitarra que suena de reputísima
madre.
Ahora, Edu, hay que ir al momento exacto en que te diste
cuenta de que el sampler y el bandoneón se iban a llevar bien.
Concentrate: pensá que sos como el creador de Facebook o el de la
caipirinha con maracuyá. “Me gusta la metáfora del bandoneón como fruta
exótica. Efectivamente, la novedad es el sonido, pero no es el sampler
del bandoneón. Es el bandoneón tratado con efectos. El secreto de cocina
consiste en armar una orquestita de tango de verdad y componer encima.
Esos son los experimentos que hicimos como productores. Y así fui
golpeando puertas. Un productor y otro y yo les decía: puedo hacer
miloga dance. Volviendo a lo de la fruta exótica, nos dimos cuenta, casi
sin querer, que para esto era fundamental la influencia del dub y la
música jamaiquina. Y en un momento, ¡faf!, prendió la mayonesa. El tango
es la resultante de un encuentro multicultural y en el último disco
empezamos con un blues que tiene un riff tanguero, pero es un riff de
brasses. El tango en sí es una mezcla de influencias, y Gotan Project,
también.
No hay comentarios:
Publicar un comentario