Día día, el tiempo pasa sigilosamente por nuestro lado. Raudo y veloz se hace dueño de nuestras vidas. Pero sólo algunos privilegiados, conciente de ello, deciden de vez en cuando... detenerse en pequeños instantes, para observar y observarse en silencio...para poder mantener perenne una imagen o un sentimiento, una sonrisa, una mirada o el tacto de un beso o el florecer de un jazmín.
Llegó la primavera a entibiarnos nuestro cuerpo,y a decirnos dulcemente que debemos renacer...que levantemos las manos olvidándonos de penas... para hacernos entender que la vida se renueva por muy oscura que esté... que los inviernos del alma a veces son necesarios para renacer con ella ¡con alegría y con fe!
Feliz día Matías!
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