viernes, 22 de junio de 2012

A 25 años del gol de Diego

Hace 25 años, Diego dejaba una huella imborrable en la historia del fútbol, una más. Victor Hugo Morales relató aquella obra de arte.

Luego de que el negro Enrique le diera la pelota en campo argentino, Diego elaboró en 11 segundos, el mejor gol que jamás se haya convertido en la historia de los mundiales y, por qué no, del fútbol.

Atravesó la mitad de la cancha y se dirigió al arco inglés como si siempre hubiera sabido que iba a ser gol. A pura explosión, gambeta, velocidad y precisión, Diego pintó un cuadro, compuso una melodía; la obra maestra de la improvisación.

Con la zurda llena de magia, y tras haber hecho un gol con la mano, anotó otro que vale por dos; como si el capricho del juego hubiera justificado aquel manotazo para poner el 1 a 0.

Pasaron 25 años del gol. El gol. Como si no hubiera otro, en su obra se condensan todos los goles del fútbol. Si un ser humano tuviera que explicarle a otro ser que es un gol, le mostraría el de Diego, su corrida, su gambeta, su arte.

Pasaron 25 años y la piel de gallina sigue siendo como en 1986.

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