jueves, 19 de julio de 2012

En Flores está el agite "DIVIDIDOS"

En su segunda presentación en lo que va del mes de julio en el Teatro de Flores, Divididos hizo un repaso por toda su historia, temas de Sumo y viejos clásicos de la música en noche donde el publico también fue protagonista.
El público esa noche se sentía especial. Más allá del pogo, empujones y gritos, hubo un clima de emoción constante. Cada canción que La Aplanadora interpretaba la gente la hacía suya y retribuía o agradecía de alguna manera, ya sea con alaridos de gratitud hacia el trío o arrojando todo tipo de objetos, como un chupete, en referencia al hijo recién nacido de Ricardo Mollo. Y el guitarrista no dudó en levantarlo del piso, observarlo con curiosidad y usarlo a modo de púa para puntear su guitarra.
Las emociones fueron mutando a lo largo del concierto, porque en cada tema los sentimientos fueron diferentes y de aquellas duras canciones, como “Sábado”, “Que Tal” y “Mantecoso” hubo un estrecho camino hacia la nostalgia, cuando sonaron “Spaghetti del Rock”, “Sisters” y “Regest”. En estos dos últimos, con Diego Florentino a cargo de la segunda guitarra y como único invitado de la noche.
La generosidad de Divididos hacia su público es visible. Tal es así que agregaron a su lista de temas ya pautada una de esas joyitas perdidas, “Nene de Antes”, una espontánea rareza que hizo delirar a todos sus fans. Entre ellos, al impertinente pero simpático joven que arrojó su remera, llevando a Mollo a bajar del escenario y agradecerle con una de las correas de sus guitarras y un largo abrazo.
Todo tuvo su momento y “Amapola del 66” tuvo el suyo, cuando Ricardo dedicó este clásico a todos los que hicieron el rock de aquellos años sesenta. Porque como dijo el frontmanm “sólo lo hacían por amor a la música y no les importaba el marketing”. Ya la lista era cada vez mas corta, pero casualmente fue la parte mas indicada para el agite, donde sonaron “Hombre en u” y “Ala delta”, con su característica extensa introducción para que Diego Arnedo y Mollo se batan a duelo y Catriel Ciavarella reviente los platillos y parches con una experiencia y un profesionalismo que parece traerlo consigo de vidas anteriores. Para mantener el ritmo en esta última etapa del concierto llegò “El ojo Blindado”, aquel tema de Sumo que es prácticamente la banda sonora del pogo nacional, y que dejó la puerta abierta para “El 38”, que cerró la noche y fue un regalo para los chicos y no tan chicos, que ocuparon la parte central de El Teatro. En el final, aquellos que se ubicaron pegados a la valla fueron despedidos personalmente por el líder de la banda, a quienes agradeció uno por uno haber estado presentes con una humildad que solo tienen los grandes.


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