En su
séptimo disco, Gabo Ferro el cantautor que además es psicólogo e historiador, desarrolla
una teoría del dolor a partir de la muerte de su padre. Habla de esos temas que
resultan "inconvenientes" en la música popular y se atreve a levantar
la máscara.
La
perspectiva de Gabo Ferro frente al dolor y el amor está empapada de su
formación con un pie en la psicología y otra en la historia. Pero también en
sus propias experiencias personales. Cuando publicó Amar, temer, partir venía
de un divorcio, con el sabor amargo que deja una infidelidad descubierta.
"Yo estaba, sin saberlo, dentro de una arquitectura de mentiras, en un
proyecto de familia -con hijos y una casa- que de repente perdió su equilibrio.
Cuando se confía, a veces podemos resultar traicionados", recuerda. Dedicó
aquel disco a cuestionar "el amor posmoderno" que propone relaciones
pasajeras y falta de compromiso.
"Decir
`te amo para toda la vida` y `te soy fiel` no por una imposición sino porque mi
cuerpo y mi mente así lo desean, es revolucionario para ciertas culturas
posmodernas de hoy. Muchos apuntan a ser amantes de balcón, cuando el cuerpo es
un templo y no debería ponerse en una circulación tan barata", opina
Ferro, con un manojo de doce nuevas canciones bajo el brazo.
Su séptimo disco plantea desde el diseño el contraste
que hay muchas veces entre el afuera y el adentro, entre lo que se muestra y lo
que se siente.
El músico
transita por la vereda de enfrente a lo comercial. Según su discurso, no
escribe "para el consumidor de música ni para generar fans". Lo hace
para sus pares, para alguien que lo descubra y con una difusión "muy
discreta".
En La aguja
detrás de la máscara los tópicos son la tristeza y el terror, pero aún así se
preocupó por imprimirle un halo luminoso. "Planteo a qué le tememos y por
qué, pero también intenté que no sea un bajón. La cuestión fue descender como
Dante a esos infiernos, mirar y llevarme material para componer un disco
optimista".
Sabe que hay
un público que le escapa a su estilo: "hay muchos que reconocen mi trabajo
como bueno pero no pueden volver a mis canciones porque los enfrenta con cosas
que no son muy agradables al espíritu y no lo pasan bien escuchando.
Convengamos que es más fácil hablar del amor desde un lugar rosa y decir que
todo el año es carnaval. Pero no podría escribir sobre otra cosa y no lo
padezco". Lo suyo es "una militancia" y evitar caer en los temas
trillados de la música pop.
Ferro
deshecha por completo la idea del amor "naif" que el mercado explota
en películas, días comerciales y tantos otros rubros.
"Para
mí el amor es violencia vital, nos coloca y hace que coloquemos a los demás en
un sitio de pugna, de tensión. No es inofensivo amar, ni el amor. Uno milita de
la manera que ama. Uno vive y hasta compra el pan a la mañana de la manera que
ama. Con el crecimiento de cierta industria, el amor ha sido cosificado y pasó
a ocupar el lugar de un objeto. Pero no se trata de eso, no debería estar
domado, hay que temerle al amante. Uno es capaz de cualquier cosa por el amor
verdadero y eso debería asustar, no tranquilizar", agrega el artista, que
es ante todo, un buceador apasionado de la mente humana y de la historia.
Ferro es muy
valorado por un sector de público y de los medios. Y a pesar de su estilo no se
lo ubica en el "under". Según advierte, el género cantautor está en
la actualidad en una zona de frontera porque "algo está empezando a cambiar
y se verá más con el tiempo. Convengamos que una canción sigue un patrón, pero
siempre es posible aportar algo distinto"
"Como tus Zapatos"
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario